Espero que disfruten de este viaje emocional y físico en que se convertirá este foro durante unos meses.
I. EL SOL QUE TE LLEVASTE.
¿Qué cielos grises
te observan en Inglaterra?
¿Qué gotas de cristal cubren tu rostro?
Has robado un sol incandescente
para adornar tus noches
en la pérfida Albión.
¿Qué brazos de piedra
te rodean amorosos?
El eco de tu sonrisa
aún tintinea en las aulas.
Los niños preguntan por ti
con caritas asustadas.
Yo ahora me ocupo de ellos,
los considero un legado.
Y tranquilizo el ambiente
con palabras argentadas:
“Volverá. No te preocupes.
Seguro que ha de tornar”.
Escucho pasos a mi espalda,
me giro esperando encontrarte.
Tenemos un nuevo fantasma
que recorre la escalera;
los libros se desmoronan
en la vieja biblioteca.
Se ha vuelto a romper la silla
que retaba a las deidades,
a las leyes de la física;
el jefe sigue en su línea.
Nadie espera a la salida
y nadie me felicita
cuando dejo de fumar.
Ahora no me sumerjo
en mares de sensaciones,
todos alrededor
tienen los ojos marrones.
Aunque hablan castellano
a veces no los comprendo
y añoro escuchar susurros
en tu desconocido acento.
A ratos odio los muros
por haberte dejado marchar
y aborrezco aquellas islas
por acogerte de vuelta.
Desprecio mi cobardía
por no haberte retenido
y no encuentro las razones
para ser yo, los motivos
para permanecer en mí,
para perseverar en quién soy;
me cambiaría por ella
sin dudarlo; no lo haría;
no sabría lo que hacer,
no hago lo que querría.
A veces imagino
que no has huido,
que mis manos te tocan
y te canto al oído.
Autora: Vanessa Navarro Reverte. Todos los derechos reservados
Cierto Vanessa, esos cielos grises, esa niebla que penetra, hasta lo más recóndito del alma... Esa húmedad que se mastica, hasta en los huesos.
ResponderEliminarYo, que vivo al sur,donde ´tenemos más hora de sol de toda Europa, y también el índice más alto de cancer de piel...
Aturdía todos mis sentidos...
Un abrazo
Mar
«¿Qué brazos de piedra
ResponderEliminarte rodean amorosos?»
«y nadie me felicita
cuando dejo de fumar».
«todos alrededor
tienen los ojos marrones».
Versos que hablan con sencillez de aquello que verdaderamente representa el sufrimiento de quien se quedó, y por eso, traspasan la mera letra y llegan al alma.
Un abrazo,
Esther
Mariola, disculpa el retraso en contestarte.He visitado tu blog y está lleno de hermosos y pícaros poemas.
ResponderEliminarUna de las cosas que intenté transmitir en este poema es, precisamente, esa atmósfera tan distinta a la que nosotras conocemos. Yo también soy del sur, bueno, del levante-sur y el sol por aquí también brilla con ganas.(Este año menos que otros,jeje).
Un abrazo, hermoso tu Cádiz natal.
Esther, muy agradecida por tus palabras.No quise utilizar demasiadas "florituras" en este poema, las líneas llegaban tristes, rabiosas y desoladas, desvestidas de artificios.
ResponderEliminarOtro abrazo para ti.
Vengo de Prosófagos, tu sitio es claro y diáfano, y el poema, es tal como dices: líneas tristes, rabiosas y desoladas.
ResponderEliminarBuen día!
Blanca
Bienvenida, Blanca, gracias por asomarte por aquí. Yo estoy muy contenta de haber "descubierto" el foro de Prosófagos, estoy aprendiendo mucho.
ResponderEliminarUn abrazo y me alegro de que te haya gustado el poema y el sitio, en general.
Buen día también para ti!