Agua y plata de campanas
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Quién fuera la estela de un barco
que fondea en los puertos sajones,
brisa calma, aire huracanado
que barre costas y peñascos;
voces de aves insulares
que permanecen sostenidas
en amaneceres helados.
O lengua del agua oscura
que rodea tu morada
y deslumbra y canta en el dorado
pálido de un crepúsculo
anudado
a ciudades sombrías,
casas sin persianas.
Qué pena no ser plata de campanas
ni tañido con olor a estaño,
claroscuro que acompañe al atrio
o colores de vidrieras esmaltadas.
O altura controlada en los tejados
para admirar la catedral bordada
con los hilos delicados de los años.
A veces imagino
que puedo ser sirena
que seduce y danza en los desvanes;
puedo anclarme en tu cabeza,
puedo hacer que me reclames,
que enloquezcas por mi olvido,
que me digas cuando llames:
“Cuando duerma en Inglaterra
siempre soñaré contigo”.
Autora: Vanessa Navarro Reverte. Tldr.
Es el último fragmento del poemario "Cuando duerma en Inglaterra", pero en realidad fue la semilla.
Aquí me tienes Mady oyendo las voces de tus sirenas.- Me encantó haber llegado hasta aquí y realmente me pareció precioso este poema.-
ResponderEliminarCreo que ancalré por estas playas más seguido.-
Un beso, Alicia.-
Gracias, Alicia, eres bienvenida a fondear en estas aguas siempre que lo desees. Gracias por comentar y me alegro de que te gustara, un abrazo.
ResponderEliminarÚltimamente me persiguen las sirenas, las que me encantan con su voz pero que en el fondo no les importo, y las que me roban ilusiones. Tu, sin embargo, eres una sirena diferente, que me sensibiliza con palabras y me arrulla en el recuerdo. Me ha encantado tu poema, eres un gran descubrimiento. Un beso, Álvaro
ResponderEliminarÁlvaro, es un honor que te guste el poema, pues conozco tu buen gusto y tu sensibilidad.No permitas que ninguna sirena te quite la ilusión, pues son lunas que reflejan la luz robada, mientras que tú eres un sol que brilla con luz propia. Otro beso para ti, tengo ganas de verte.
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