Prefiero haber besado tu cuello
que pasarme vidas esperando.
Cubrir el agujero de lamentos
en que se ha convertido tu ausencia
con velos de recuerdos.
Prefiero haber rozado tus dedos
que ahogarme en la rutina atronadora.
Vivir las consecuencias de perderte,
trazar el recorrido
sin ayuda.
Prefiero haber atendido tus ruegos
que evadirme en los pasos seguros
de la histeria cotidiana;
haber conocido tus sueños,
bajado el escudo, depuesto las armas.
Aposté al todo o la nada,
pinté círculos concéntricos
en una cabriola al vacío.
Me quedé sin asideros,
olvidé la red y la calma,
las horas organizadas,
los cálculos, los programas.
Abracé la paranoia,
la sorpresa inesperada.
Y bendigo los momentos dados,
los concedidos, los regalados,
que me ofreciste con miedo
al veneno del no en mis labios.
El mar se volvió desierto.
Al despertar no despierto,
dilación de la sentencia,
pesadilla de milenios.
Caminando yo camino
por las sendas del infierno,
me saludan los malditos,
me compadecen los muertos.
Me arranco la piel a tiras
e intento salir de mi cuerpo,
me lanzo desde escombreras
para deslavazar el suelo.
Es sublime, es exquisito,
es espantoso, es excelso.
Autora: Vanessa Navarro Reverte. Todos los derechos reservados.
"Es sublime, es exquisito, es espantoso, es excelso.-"
ResponderEliminarRealmente es todo eso, arriesgarse a todo, aún temiendo como bien tú dices, "dando cabriolas al vacío".- Todo es válido a la hora de vivir amando, antes que perdurar en la seguridad insensible.-
Deliciosa poesía amiga mía.- Valió la pena volver.-
Un beso desde Uruguay, Alicia.-
Alicia, muchas gracias por pasarte y dejar tan amables palabras, otro beso para ti desde España.
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