Era un depredador nato. En noches como aquella, el monstruo interior lo impulsaba a cazar. Era muchacho cuando estranguló a su primera víctima, una joven rubia como a la que ahora acechaba; le siguieron muchas. Debía tener gran suerte, pues jamás lo arrestaron. Tampoco hoy eso pasaría. Acorraló a la mujer en un callejón, rodeó su cuello con el cable y comenzó a apretar. Pero algo iba mal, no se resistía, solo lo miraba con ojos helados y una mueca sonriente que le resultaba extrañamente familiar. Sintió algo que no conocía: miedo.
-¡Tú! ¡Yo te maté!
- No. Todavía respiraba y me visitó alguien inesperado- siseó ella. Y la sonrisa torcida se hizo más amplia, dejando ver unos colmillos afilados, enormes, antinaturales, que en segundos estaban clavados en el cuello del asesino.
La vampira sació su sed y dejó que las alimañas devoraran el cuerpo del hombre.
Nunca se sabe quién será esa noche la presa.
-¡Tú! ¡Yo te maté!
- No. Todavía respiraba y me visitó alguien inesperado- siseó ella. Y la sonrisa torcida se hizo más amplia, dejando ver unos colmillos afilados, enormes, antinaturales, que en segundos estaban clavados en el cuello del asesino.
La vampira sació su sed y dejó que las alimañas devoraran el cuerpo del hombre.
Nunca se sabe quién será esa noche la presa.
Autora:Vanessa Navarro Reverte.
A mi me pareció muy bueno tu relato Vanessa, está bien su introducción, generas interés y además eres precisa
ResponderEliminaren ponernos en situación con el personaje del asesino.El final esta bueno, y esta perfectamente complementado por la frase final que resume todo el relato.¿No te animaste a darle un poco de ambiente a la historia?te sobra mano para trasmitir al lector imágenes y climas, sobran ejemplos en tus poemas, pero entiendo que los relatos breves son atractivos para el que los escribe y para el que los lee.
Felicitaciones Madelyne y espero tener oportunidad de leer otro relato o cuento
de tu autoría (¡y de terror, me encanta ese genero!)
un cálido abrazo a la distancia.
Gracias,Marcos.Sí que le falta atmósfera y ambiente,el problema es que en el concurso habìa un máximo de palabras y tenía que dejar lo imprescindible para contar la historia.
ResponderEliminarMe he divertido escribiendo algo a lo que no estoy acostumbrada,así que puede que repita experiencia,pero tengo que aprender mucho.
Un beso,es una alegría cada vez que recibo uno de tus comentarios.
Está muy bien, Madelyne. Lo que más me gusta, sin embargo, es cómo puedo continuar en mi mente la historia, porque hay una falta de moral y de justicia poética extrema, a pesar de que a primera vista parece que la hay: ese hombre semeja que es castigado, pero en realidad seguirá asesinando para siempre. Qué amoral, eso es lo verdaderamente terrorífico...:)
ResponderEliminarMala!
Alba
Hola Alba,ante todo, encantada de tenerte por aquí.Voy a serte sincera,mi idea era auténtica "justicia poética",pero cuando lo terminé se me pasó por la cabeza justo el futuro que tú has descrito.No obstante, en el "vampirismo clásico", no se convierte una víctima en vampiro si no bebe,a su vez, la sangre del vampiro.
ResponderEliminarPero me encanta esa ambigüedad con la que se ha quedado,así que nunca se sabe si la presa ha muerto de veras o será la semilla de algo peor...jejejej.(¡Tú también eres mala!)
Un beso y mi afecto.
En la noche cualquier cosa puede pasar; incluso que dos asesinos se encuentren. El uno, humano. La otra, no humana.
ResponderEliminarUna forma distinta de retratar la caza nocturna: presa y cazador se confunden y, al final, ambos son ambas cosas.
Un gusto, Madelyne
Abrazos
Esther
Un gusto, Esther, que te acerques por mi blog y me comentes; un gusto y un honor.Me diste muy buenos consejos para editar este micro, aunque aquí,como verás, la edición me cuesta horrores, cuando quiere se desconfigura y tengo que hacer encaje de bolillos para que resulte presentable,jeje.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo, te debo muchos comentarios!