Este poema lo escribí una noche de indignación después de varias semanas viendo como un perro abandonado se iba dejando morir por momentos cerca del lugar donde yo trabajaba.Intenté darle de comer, atraparlo y recogerlo en muchas ocasiones, pero no se dejaba; huía de cualquier cosa que oliera a ser humano. A los que amamos a los animales, estas cosas nos hacen hervir la sangre. Una mascota es un ser vivo y no un capricho pasajero.
Os explico todo esto porque además de ser crudo, el poema no está pulido, pero quiero subirlo tal y como lo compuse esa noche. Disculpad las imperfecciones.
COSICA
Cosica,
pasaste por mi vida brevemente,
apenas lo suficiente para amarte,
apenas para llorar tu muerte.
Esa crueldad cobarde
de dejar a un animal indefenso
en las garras del primer coche que pase
o del primer energúmeno que se aburre
o de la primera nevada
o del viento helado y la lluvia
o del intentar comer y no tener ni fuerzas
o del que cuatro patas se vuelvan tres por un capricho macabro
o de que la infección en la sangre se extienda
o de que finalmente entiendas que naciste
para ser sacrificado cachorro
en aras del dios de los hijos de puta,
hace que me vuelva bala, que me vuelva cuchillo,
hace que deje de ser buena persona
para convertirme en las manos que se vengarán
de los que te abandonaron.
Autora: Vanessa Navarro Reverte.