martes, 22 de enero de 2013

FANTASÍA AUSTRAL PUBLICA "EL TIEMPO DE LA LUNA"




Fantasía Austral, web especializada en Literatura Fantástica, ha publicado en su página una edición corregida de mi relato EL TIEMPO DE LA LUNA .

Desde aquí agradezco a su comité editorial el haber aceptado la colaboración y haberla editado con tanto cuidado y esmero.


Si os gusta la Fantasía o, simplemente, la buena literatura, os recomiendo que os paséis por su sitio web.

Podéis hacerlo AQUÍ .

jueves, 17 de enero de 2013

RESEÑA DE LOS RELATOS "PROSADICTOS" POR FRANCISCO J.ILLÁN


La Antología de Relatos Prosadictos está, una vez más, de enhorabuena.

Francisco Javier Illán Vivas, escritor, crítico e incansable promotor de la cultura, ha realizado una cuidada reseña del libro. Con su permiso, reproduzco la entrada y agradezco su sinceridad y amabilidad en nombre de todo el equipo de Prosadictos.

«ADICTOS A LA PROSA


Mario Archundia Cortés, Mónica Bezom, Jesús Coronado, Daniel A. Franco, Fernando Hidalgo Cutillas, José García Montalbán, Milagros García Zamora, Juan Antonio Marín Rodríguez, Blanca Miosi, Zacarías Montano y Vanessa Navarro Reverte.
Editorial Foro Prosadictos, 2012

Escribe Blanca Miosi que este libro contiene "once autores, once cuentos, todos diferentes, narrados desde once puntos de vista. Escritores de diferentes partes del mundo que, sin haberse visto en persona, se conocen más que si se hubiesen visto frente a frente porque la escritura lo hace posible", y es una forma muy apropiada de comenzar este comentario sobre el libro que nos ocupa, que leí gracias a mi amiga en el mundo digital Madelyne Blue (Vanessa Navarro Reverte).


He de confesar que cada día me agrada más leer libros de cuentos, de relatos, y si es una antología, mejor aún, pues disfrutaré de la breve lectura desde muchos y diferentes puntos de vista. En el caso que nos ocupa, once relatos.

El primero, de José García Montalbán, nos habla de la espera, del cansancio de una vida en común que relega el sexo y otras necesidades al trabajo, a las obligaciones, convirtiendo la existencia en un poco más gris.

Zacarías Montano, quien también parece un ciudadano de Murcia, nos cuenta el caso de una niña con huesos de cristal que, tras un experimento, serán huesos tan ligeros, tan livianos, que podrá volar.

Los recuerdos, el aroma de un perfume a literatura y la música forman un cóctel que, regado con whisky, podría muy bien llamarse "Melodía asesina", como nos narra Juan Antonio Marín.

Mónica Bezom nos lleva por los enmarañados y, a veces, inextricables caminos de los sueños, esos que son un tesoro para la mente.

En el quinto relato, de Blanca Miosi, conocemos a un joven, o no tan joven, que insiste en entrar en el mundo de las letras, creyéndose que ha escrito una obra maestra y convencido de que, perseverando, alcanzará a que alguna de las 257 editoriales, le publique.

Fernando Hidalgo Cutillas nos escribe sobre malentendidos y pruebas circunstanciales que pueden llevar la vida de un hombre, que leía en el parque su libro preferido, en un calvario contra el que no existe posibilidad de escapar, pues la sentencia se ha dictado antes del juicio.

Jesús Coronado, a quien podemos leer también en el primer número de Acantilados de Papel, nos narra una serie de breves historias con nombre de mujer y final fatal, aunque no sólo el de ellas, el autor es sutil en la narración y en la delicadeza de presentarnos la muerte.

¿No es importante estar en el lugar adecuado y en el momento preciso? Vanessa Navarro así nos lo demuestra en esta historia de alguien que toma el tren para alcanzar la muerte, no sobrepasarla. Y en el viaje definitivo se encuentra con un amor de adolescencia que, además, tiene nombre de personaje real, el de mi buen amigo el pintor Álvaro Peña. Será un encuentro en el lugar adecuado, en el momento oportuno.

Milagros García Zamora nos cuenta las desilusiones de un sicario, quien acepta el encargo- de un famoso escritor- de acabar con la vida de un chapero magrebí, imaginándose las más peregrinas justificaciones, hasta que la realidad le llevan a un desengaño de la magnitud del asesinato.


Mario Archundia nos narra una historia sin nombre, de búsqueda de la felicidad y de la identidad personal y sexual, que se desencadena entre dos amigos tras una noche de alcohol.

La última historia, de Daniel A. Franco es casi una novela corta, nos narra un experimento de teletransportación que produce en el doctor Graham unas secuelas no previstas, un desdoblamiento de su memoria, dejando de ser él para ser quien fue y quien será, a un mismo tiempo.

Como veis, desconocidos lectores y lectoras, once formas de contar historias, once historias diferentes, once formas de disfrutar de la lectura. Podéis encontrar a los autores en el foro Prosadictos».

Autor de la reseña: Francisco J.Illán Vivas. Publicada en el blog ACANTILADOS DE PAPEL .

sábado, 5 de enero de 2013

NUEVA RESEÑA DE LA ANTOLOGÍA DE RELATOS "PROSADICTOS"

Esther, gran persona, escritora de talento y una de las responsables de la revista literaria Prosofagia, ha reseñado en su blog Necesidad y Azar  la Antología de relatos Prosadictos , libro en el que participo, como ya sabéis. Con su permiso, reproduzco la reseña.

Relatos Prosadictos


«En esta primera antología del foro Prosadictos se puede disfrutar de once relatos,  obras de otros tantos autores, relatos muy diversos entre sí salvo en la atracción que despierta su lectura.

Luego de haber finalizado el libro pensé que, para escribir sobre él, me gustaría seguir otro orden que el que ofrece; utilizar un hilo personal para tejer las historias. Una suerte de hilo de Ariadna que comienza en Entre tú y yo (Mónica Bezom): un texto profundamente introspectivo, poético, que discurre entre el mundo de la vigilia y el onírico, un relato al que hay que leer dejándose llevar, sin intentar imponerle un ritmo propio a la lectura.

¿Luego? Luego, Huesos de cristal (Zacarías Montano), un relato ya con estructura de cuento, pero un cuento que parece responder con precisión a su título: una historia fantástica cuyos huesos son de cristal, una historia hecha de liviano, delicado y frágil esqueleto de cristal, que se recorre de puntillas, por miedo a quebrarlo.

Ya aquí regreso a Entre tú y yo,  a releer un fragmento que, aunque extraído de su contexto, bien puede ser considerado como premonitorio del resto de la antología:

«Un poco más alejado, un hombre vende lienzos de colores; los ha tendido en hilos apenas visibles y, no sé por qué, se me antojan ilusiones errantes condenadas a la soledad de los
arenales.»

El hilo de Ariadna me conduce a través de ilusiones imaginadas que, en el fondo, se refieren a aquellos que padecen (o padecerán) una soledad creada por sí mismos o por la sociedad en la que viven. Uno a uno, los cuentos que siguen se desenvuelven en una realidad reconocible como propia o ajena, pero siempre realidad reconocible. Los narradores, a veces trágicos y otras veces irónicos, desgranan qué le sucede a nos, los Homos, cuando nos aferramos sin medida al miedo, la muerte, la ambición, los recuerdos, o cuando chocamos con lo estatuido, lo reglamentado, lo políticamente correcto. Así, siguiendo mi hilo, arribo a La sentencia (Fernando Hidalgo Cutillas), donde se despliega, con maestría y alrededor de un hecho simple y casual, una espiral de miedos individuales y sociales cuyo final no puede ser otro que  amargo.

Tras haber partido de lo poético y de la fantasía y atravesado los páramos de la realidad, en el otro extremo del hilo llego a Sin la mosca (Daniel Franco), un cuento de ciencia ficción con todas las de la ley, y con esto me refiero a que el cuento posee eso que hace de la ciencia ficción un género incomparable: una idea que abre ventanas en la mente para permitirle expandirse más allá del mundo conocido, y, al hacerlo, comprender mejor el mundo conocido.

Al finalizar el recorrido vuelvo atrás para citar una frase de El lugar adecuado, el momento preciso (Vanessa Navarro Reverte):

«Sencillamente porque quería alcanzar la muerte, no sobrepasarla.»

Una frase que habla de Ana, sus lugares y momentos, pero que, con independencia a su historia,  también es una de las más bellas que haya leído en los últimos tiempos.


         Y, fiel a mi idea de que un libro es más que su contenido, mis felicitaciones a Daniel Franco por haber ideado y coordinado esta antología (tarea nunca sencilla), recomendable por la calidad de su contenido y también por la de su presentación. »

Desde aquí, expreso mi agradecimiento por estas palabras. Si queréis visitar el blog de Esther, podéis hacerlo AQUÍ .